miércoles, 10 de diciembre de 2008

15 años de DOOM

No soy lo que se dice un friki de los videojuegos. Aun así, quepa hoy una reseña conmemorativa en honor de Doom, el shooter que nos deslumbró por siempre al abrirnos un infinito abanico de posibilidades para embrutecernos, hacernos menos hombres y postergar nuestras primeras relaciones sexuales, cosas todas ellas que jamás le agradeceremos bastante. ¿O es que acaso los que ahora se divierten con Grand Theft Auto han olvidado que hubo un día, allá por 1993, en que merced a aquellos benditos intel con MS-DOS 5.0 creyeron que el infierno se abría bajo sus pies gracias a este revolucionario programa de id Software? Pues, ahí es nada, la semana pasada Doom cumplió quince años, de modo que ya nos va tocando recordar unos cuantos datos de interés:

1) Este NO fue el primero en su género, como se empeña en insistir la leyenda urbana menos informada. Antes estuvo el no menos mítico Wolfenstein 3D.

2) El título del juego procede de algo que dice Tom Cruise en la película El color del dinero. No, no sólo no estoy loco, sino que reto a los cinéfilos de esta casa a que desentrañen el misterio.

3) Tras él llegaron joyas más recordadas aún, según algunas preferencias populares, como Duke Nukem (¡cuando los héroes patentados por Schwarzenegger todavía partían el bacalao!), Rise of the Triad (con aquellos nazis que imploraban en el suelo por su vida al grito de No...please!) y sobre todo, el grandísimo e inimitable Blood.

Vean, vean cómo ha cambiado la cosa desde la primera versión de Doom, hasta la tercera y última -por el momento-, lanzada el pasado año:




A todo ese loco mundo virtual de demonios, de ultraderechistas satánicos, de chulos de sci-fi bastarda, de puertas secretas y de descuartizamientos sin heridas, gracias otra vez. Gracias por ayudarnos a procrastinar los peores problemas de nuestra juventud hasta que nos explotaron en la cara, y gracias también por movernos, con sus torpes fantasías, a comprender que nada hay más bizarro que una realidad mal gestionada.

Sayonara, babies.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Uff,...el DOOM, cuantas horas inútiles y felices pasé delante del ordenador con ese maravilloso videojuego. Pese a sus carencias gráficas con píxeles como cajas de cerillas, su jugabilidad y su adictividad son legendarias. Especialmente divertido jugado en red.

De hecho, jugué y terminé las tres entregas y puedo afirmar sin lugar a dudas y sin temor a equivocarme que de las tres, la peor es la tercera. Un juego al que le dieron mucha más importancia al continente que al contenido, el resultado: netamente aburrido por monótono y sin alicientes.

Atras quedaron los días que la peña iba a jugar al UNREAL en algún cibercafé de mala muerte,...más nos valdría terminar con un:"¡DISPARO A LA CABEZA!".

Unknown dijo...

...P.D.

Paul, parece mentira que no hayas hecho ninguna referencia a la película inspirada en el videojuego, seguramente en la tercera parte, a tenor del resultado,...

Paul dijo...

Francisco: Pues por eso mismo. Por cierto, ¿para cuándo una peli del "Blood"? Ésa sí que tendría historia.

Anónimo dijo...

I WANT JOJO!!! I WANT JOJO!!! JOJO!! JOJO!!

mmmmm nice.


Alguien tenía que decirlo

Paul dijo...

Leroy: A mí me gustaba más cuando Caleb pasaba un ratillo sin hacer nada y le daba por cantar aquello de "There´s no bussiness like show bussiness". Menudas partidas de caja.