domingo, 21 de diciembre de 2008

Dios los cría


Al contrario de lo que cabría esperar de la Iglesia Católica, que debiera estar siempre con los más necesitados, y una vez confirmada que la fortuna del Sumo Pontífice y del Vaticano es la primera del mundo en estos tiempos de crisis y de hambre en los que muchas familias se las ven y se las desean para alimentar a sus hijos-por no hablar de los miles de seres humanos que mueren cada día de inanición, 35.000 diariamente son niños-, el poder papal, personificado en España por la Conferencia Episcopal se ha lanzado a una nueva "cruzada" en varios frentes. No contento con desafiar la Constitución Española y su espíritu laico, de persisitir en las persecuciones contra los homosexuales cuando deberían mirar dentro de sus propias filas comportamientos punitivos y criminales de pederastia, ahora se embarcan también en la intromisión en empresas como El Corte Inglés, desde los instrumentos de blogs de plataformas ultraconservadoras como la de Ignacio de Arsuaga, fundador y presidente del colectivo Hazte Oir, asegurando que El Corte Inglés ha decidido, simple y llanamente, forrarse gracias a la conmemoración de un hecho histórico, el nacimiento del Niño Dios, del que reniega, para adaptarse a la corriente laicista.¿Lo llevarían mejor si le dieran a la iglesia parte del negocio, o es que temen que se lo quiten a los que llevan tantos siglos negociando con la salvación o condenación ajenas?

Fuente: El plural

6 comentarios:

Puesfijate dijo...

El Arsuaga éste me repele nada más verlo. Algunas de tus críticas a la Iglesia son fundadas. Pero creo que se te ha olvidado una cosa importante. Pese al pesar de los pesares, que diría Juan Agustín Goytisolo, es la primera institución de caridad y beneficiencia en España y en el Mundo. Si mañana desapareciera quebrarían los servicios sociales del Estado.

Con esto de la crisis he decidido hacerme socio de Cáritas. Lo sé, es de la Iglesia. Pero me fío de ella bastante más que del ministerio de Asuntos Sociales.

Paul dijo...

Puesfíjate: A mi modo de ver, el problema está precisamente en los propios conceptos de caridad y beneficencia, que acaso debieran traducirse en una única clase de solidaridad directa y, por supuesto, no excluyente. Creo que repartir limosnas desde la opulencia (si son la primera institución de caridad es porque son ricos hasta decir basta) no es más que otro proceso viciado desde el principio que no diferencia a esta gente de la empresa y la banca, si no fuera porque, encima, ellos a cambio no piden, sino que exigen, la asunción de su propio código moral.

O lo que es igual, carta blanca para dirigir tu vida privada. Ante eso, amigo, viva una y mil veces la res publica.

Unknown dijo...

Con la iglesia hemos topado. Por poco que nos guste es una institución que lleva 2000 años en la brecha y pocos visos hay de que la cosa cambie. No hay muchas instituciones hay que puedan presumir de otro tanto.

Creo que esa gente disfrutó durante siglos de ciertos monopolios. Ahora han visto reducidos sus parcelitas de poder, desde la liberación de la mujer, el control de la natalidad, el divorcio, el aborto, etc,.. Se están revolviendo como fieras para luchar contra eso, y cuentan con sus ordas de incondicionales, por no llamarlos fundamentalistas.

¿Sería mucho pedir que se metieran en sus iglesias y dejaran ya de meterse en la vida privada de la gente?

Unknown dijo...

Que bonito es vivir en los Mundos de Yupi.

Paul dijo...

Francisco: alegre y olé.

Perenkén: podrías explicarte un poco más, chatín.

Puesfijate dijo...

Conozco algunos curas y te aseguro que no viven en la opulencia, precisamente. De promedio, bastante peor que los que se dedican a gestionar la res publica.