domingo, 19 de octubre de 2008

Barricada meets Tous


Anoche fuimos a ver al Drogas y compañía. Pese a que había llovido lo que no está en los escritos, y el suelo de la carpa donde se desarrolló el concierto era un charco que mojaba hasta las rodillas, lo cierto es que nada pudo empañar lo que mis amigos y yo nos tomamos como una auténtica cita generacional. Una cita en la que sólo pude reconocer el 40% de las canciones del grupo (me apeé del burro de Barricada con su vilipendiado La Araña, de 1994), pero que dio para mucho más de lo que esperaba, sociológicamente hablando. Primero, porque la banda sigue creyendo en lo que hace y no es un dinosaurio más que se arrastra por el escenario, como le pasa a algunos mitos "vivientes" (AC/DC, sin ir más lejos). Segundo, porque el cerco ideológico del Drogas, como era de esperar de sus antaño rebeldes, hogaño casadísimos y asalariados fans, se ha quedado en el escenario y en las letras de sus canciones, dando pie a que buena parte del espectáculo consistiera, en realidad, en observar al público asistente (al menos desde mi posición casi todo eran calvos inmóviles con camisetas de Iron Maiden desempolvadas para la ocasión y, atención, alguna que otra belleza muy pija con bolso de Tous en el caso más extremo). De nuevo, las circunstancias me dan la razón: la impostura es sexy.

Después de comprender que incluso allí estábamos sepultados por la nada (o precisamente por eso) me dejé llevar por algunos de los clásicos. Esta es una noche de rock and roll, La silla eléctrica, Okupación, No hay tregua (¿qué coño hacíamos cantando esta mierda, sabiendo como sabemos de lo que habla?), No sé qué hacer contigo y -sorpresa- Tu cuerpo, fueron para nosotros, creo yo, los mejores momentos de la noche, los que nos llevaron a saltar y gritar, no para que nos oyeran nuestros padres, como hace 15 años, sino para despertar a nuestros hijos (y de paso bajar barriga). Y de pensar en la autenticidad ni flores; nos sobra tiempo y experiencia para haber aceptado al fin que todo es un juego. De hecho, creo que si no fuéramos cómplices en él, los que tocan y nosotros, En blanco y negro -canción comercial donde las haya- no sería la que todos esperábamos como agua de mayo, ni la más adecuada para cerrar un acto cultural presidido de veras por el inconformismo. Es vuestra de nuevo, para amenizar la mañana.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Estos tíos, definitivamente, no son burócratas del rock. Defienden sus canciones legendarias con la misma honestidad y entusiasmo que el nuevo repertorio, mucho menos conocido y coreado por el público.

Un personaje tan excesivo e inclasificable como Drogas podría haber envejecido mucho peor, pero creo que su total ausencia de demagogia lo convierten en algo así como un referente generacional.

Sí, disfruté mucho del concierto y de la compañía de viejos amigos. Liberé adrenalina sin recurrir al amor propio. Vi a Paul sonriente y relajado, disfrutando del carnaval humano. Como antaño. Como siempre.

Puesfijate dijo...

Yo también disfruté y así lo cuento en el blog. Pero me perdí a las bellezas con bolso de Tous y lo lamento. Por cierto, podíamos repetir una bizarrada de estas cada seis meses...A ver a quién se le ocurre la próxima.

Paul dijo...

Manuel: Cierto, de burócratas nada. Pero algún día sí habría que estudiar lo que estos tíos le deben musicalmente a Rosendo.

Puesfíjate: La belleza con bolso de Tous estaba a tus nueve, macho. Si es un perro te muerde.